
Después de haberme convertido en un corredor minimalista y haber conseguido correr distancias cerca al maratón, mi siguiente reto fue correr un ultra-maratón al estilo minimalista.
La idea inicial que teníamos (corría junto a dos amigos) era participar en la prueba de los 101km de la Legión, que se celebra en Ronda durante el mes de Mayo. Desgraciadamente, el sistema para conseguir las entradas para esta carrera es casi una lotería que se decide en un par de horas en enero y no logramos conseguir las nuestras. Y como ya habíamos empezado el entrenamiento previo, buscamos algún otro ultra que nos pareciese interesante.
Así fue como decidimos apuntarnos al SuizAlpine 78K en Davos (Suiza) que aunque es una carrera con 23km menos de recorrido que la 101 de Ronda, nos parecía un reto bastante similar al realizarse en mayor altitud y con un tiempo límite de 14 horas, 10 horas menos que la de Ronda.
LA PREPARACIÓN
Desde que empecé a entrenar con un estilo minimalista siempre me había centrado en correr sobre superficies duras y, en contadas ocasiones, sobre caminos de tierra, pero apenas había corrido trial por la montaña. Por eso mi primer reto en la preparación de la carrera fue incorporar a mi entrenamiento trial y carreras con subidas y bajadas. Y si ambas cosas –el trial y las subidas y bajadas- son un reto en sí para cualquier corredor, hacerlo manteniendo un estilo minimalista lo es todavía más.
Por desgracia no existe mucho material sobre cómo correr al estilo minimalista en caminos muy complicados o cómo correr de una forma más eficiente por la montaña. De los métodos minimalistas principales la mayoría ni siquiera menciona cómo se debería correr al subir o bajar grandes pendientes o qué estilo mantener al correr por caminos llenos de baches y hoyos. En los métodos que hablan algo sobre el tema, como por ejemplo el Evolution Running, solamente se contempla el correr por caminos normales y con pequeñas cuestas, nada ni parecido al complicado trail de montaña.
Por esta razón empecé a leer blogs de corredores minimalistas con experiencia en carreras de ultra-trails y encontré bastantes consejos que me ayudaron al principio, aunque lo cierto es que la mayoría de los problemas reales de este tipo de carreras no los aprendí hasta que empecé el entrenamiento.
El primer problema de correr trail con zapatillas minimalistas es que, como sus suelas son muy finas, se pueden sentir todas las imperfecciones del camino. Cuando comencé el entrenamiento en la montaña me compré las Merrell Trail Glove 2, unas zapatillas trail 100% minimalistas, con una suela 10mm y 0 drop.
Puede que sea cierto -como muchos corredores minimalistas proclaman- que nuestros pies se adaptan mejor a este tipo de superficies con imperfecciones si hemos corrido mucho con zapatillas minimalistas o descalzos, pero desde mi punto de vista correr sobre estas superficies con zapatillas minimalistas sigue siendo bastante incomodo.
Cuando corría cuesta arriba no era tan problemático porque iba mucho más lento, pero cuando corría en llano o especialmente cuesta abajo, me veía obligado a ir mucho más lento para evitar las peores partes del camino. Si durante mis entrenamientos corría por caminos con muchas piedras puntiagudas tenía que estar constantemente pendiente del suelo para poder evitar las más grandes y me perdía todo lo que pasaba a mi alrededor, menos mal que con el tiempo logré aprender a correr con un ojo puesto en el suelo y el otro en la naturaleza que me rodeaba.
También probé a correr trail con mis zapatillas Merrell Bare Access 2 que aunque no son zapatillas de trail tienen la suela un poco más ancha -14mm- y permiten correr de una forma más cómoda y eficientemente sobre todo cuesta abajo. Aunque con ellas se siguen notando las imperfecciones del terreno, la sensación no es tan intensa como con las otras zapatillas y te permite correr de una forma más eficiente en rectas y bajadas. En las subidas puede que se note un poco menos de agarre que con las zapatillas 100% trail pero la diferencia no es muy significativa.
En resumen, dependiendo un poco de la ruta por la que entrenaba iba cambiando de unas zapatillas a otras, pues en ningún momento me planteé gastarme más dinero en comprarme unas zapatillas de trail con una suela más ancha.
PLAN DE ENTRENAMIENTO
Hay muchas formas de realizar un plan de entrenamiento para correr un ultra trail, aunque en mi caso concreto no empecé con un plan específico para esta carrera hasta 16 semanas antes del comienzo. Antes de empezar el plan corría de unos 20 a 60 kilómetros a la semana y empecé a incorporar el trail a los entrenamientos unos 6 meses antes. En mi opinión, para una carrera de estas características, no es necesario seguir un plan específico mucho más largo. Muchos otros corredores necesitan un plan más específico para asegurarse de que corren todas las semanas, pero en mi caso el objetivo del entrenamiento era principalmente aprender a planificar bien las carreras largas y comenzar a salir fuera de Málaga para correr en zonas de mayor altitud.
También es muy importante plantearse cómo han de ser esos entrenamientos para carreras largas y cuánta distancia se debería recorrer en cada uno de ellos. Aquí también hay muchas opiniones diferentes: algunos expertos recomiendan, como mínimo, llegar a recorrer la mitad de la distancia total del ultra en condiciones similares, mientras que otros dicen que no es bueno correr tan lejos porque el cuerpo tarda mucho tiempo en recuperarse y este sobreesfuerzo puede influir negativamente en el entrenamiento normal.
Para mi plan de entrenamiento yo elegí la segunda opción y la mayor distancia que llegué a recorrer fueron 32km. Lo que si hice después de haber leído un artículo muy interesante escrito por un corredor americano con muchos ultras a sus espaldas -desafortunadamente no recuerdo dónde lo leí ni de quién era- fue incorporar siempre dos días seguidos de entrenamientos duros. Por ejemplo: corría 25km de trail y el día siguiente otros 20km. Supuestamente, esta forma de entrenar es una buena manera de llegar a sentir el cansancio propio de una carrera muy larga pero sin llegar a sobrecargar tanto el cuerpo.
CORRER EN ALTURA
La carrera en Suiza iba a ser a una altitud de entre 1000m y 2800m, así que necesitaba entrenar en altura para poder acostumbrarme un poco al cambio.
Por suerte vivo solamente a 2 horas en coche de Sierra Nevada, donde se puede entrenar a una altura de entre 2100m y 3400m, así que en mi plan de entrenamiento incluí carreras allí varios días.
El primer día de entrenamiento cometí el error de ponerme a correr por la mañana nada más llegar desde Málaga, sin haberme acostumbrado aún al cambio de altitud. Tras una hora de entrenamiento ya me sentía un poco mareado y tuve que bajar bastante el ritmo. Por suerte los días siguientes ya me había acostumbrado al cambio e iba muchísimo mejor. En mi segunda estancia en Sierra Nevada llegué por la tarde y no planifiqué un entrenamiento hasta el día siguiente, pude comprobar que la diferencia en mi rendimiento fue bastante notable.
Obviamente, no siempre es posible esperar un día antes de empezar a entrenar pero si no tienes mucha experiencia corriendo en altura te recomiendo que esperes, al menos, unas cuantas horas para poder acostumbrarte un poco a la altitud antes de empezar a entrenar.
LA LLEGADA A SUIZA
Después de muchos meses de duro entrenamiento, por fin llegó el momento de viajar a Suiza. Solamente pude llegar dos días antes de la carrera y seguramente lo ideal hubiera sido poder hacerlo un poco antes -la organización de la carrera recomendaba viajar hasta allí unos 4 días antes para acostumbrarse plenamente a la altitud-, pero esos dos días fue lo máximo que me podía permitir tanto por lo caro que sale viajar a Suiza como por la planificación de mis vacaciones.
Uno de los amigos que corrían conmigo vive en Dinamarca –uno de los países más planos del mundo- por lo que decidió llegar a Suiza 5 días antes de la carrera para acostumbrarse a la altura. Mi otro amigo volaba desde California y, al igual que yo, tuvo que conformarse con entrenar sólo dos días antes de la carrera.
Volamos hasta Zurich y la organización tuvo el detalle de enviar a todos los participantes un ticket de ida y vuelta para viajar en tren desde cualquier punto de Suiza hasta Davos de forma totalmente gratuita. Para llegar de Zurich a Davos viajamos unas 3 horas y media, incluyendo el tiempo entre transbordos, por lo que cuando quisimos llegar al hotel eran ya las 9, sólo nos dio tiempo a cenar.
El día antes de la carrera fuimos a recoger el dorsal. Desgraciadamente, a mi amigo que volaba desde California le habían perdido la maleta así que tuvo que comprarse todo el equipamiento nuevo ese mismo día, algo para nada recomendable para hacer un ultra.
Ese día hizo relativamente buen tiempo –estaba nublado pero sin lluvia-, aunque estuvimos muy pendientes de la predicción meteorológica porque habían anunciado para el día de la carrera una probabilidad de lluvia del 70%. Comimos y cenamos pasta, y nos fuimos a dormir pronto porque la carrera empezaba a las 7 de la mañana.
El día de la carrera desayunamos sobre las 5 de la mañana y llegamos a la salida unos 40 minutos antes del comienzo. El cielo estaba muy nublado pero por suerte no llovió antes de la salida -no hay nada peor que estar esperando en la salida mientras te estás mojando y tienes frío-.
Además, la organización ofreció la posibilidad de que los participantes pudiesen disponer de una mochila a los 42 km -que era la distancia a batir por los participantes que se habían apuntado al maratón- con todo lo que necesitaran. Como se puede ver en el plan que incluyo, los primeros 42km aunque no son completamente planos no tenían tantas subidas como en la segunda parte de la carrera, y por eso decidí que lo mejor era empezar la carrera con las zapatillas de transición y después cambiar a las trail para correr la segunda parte con las subidas más pronunciadas. Además de las zapatillas también metí en la mochila ropa seca para poder cambiarme si empezaba a llover…